El Verdadero Nombre del Mesías

En el registro de la Besoráh (la Buena Noticia, el Evangelio) según Mateo, se informa lo siguiente concerniente al nacimiento del Mesías de Israel:

Mateo 1:20-21 [VIN]
20 “Pero mientras él [Yosef (José)] pensaba en esto, sucedió que un mensajero de Yahwéh se le apareció en sueños y le dijo: “ Yosef, hijo de Dawid, no temas recibir a Miryam como tu esposa, porque lo que se ha engendrado en ella es del espíritu de santidad.
21 Ella dará a luz un hijo; y lo llamarás Yahoshúa, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. 

Esa versión representa una restauración del texto hebreo original a partir del texto griego, que es el texto que todos usan para sus traducciones. Obviamente, en el texto griego el nombre que le dio el Mensajero de Yahwéh al Mesías se ha conservado como «Iesoús», de donde vino la forma española “Jesús”.
Pero surge lógicamente la pregunta: “¿Cómo es posible que le pusieran un nombre griego como Iesoús a un niño hebreo nacido de una muchacha hebrea de Nazaret? El historiador judío Flavio Josefo nos dice que en el siglo uno (cuando él vivió) los judíos consideraban hablar griego peor que comer carne de puerco.
Así que por la lógica y la razón y la historia, el nombre del Nazareno no pudo haber sido el griego Iesoús. Ni mucho menos el español “Jesús”, pues en el siglo uno el idioma español ni siquiera existía.

¿Cómo saber entonces cuál fue el nombre original del Mesías, el nombre verdadero, no la tergiversación griega de su nombre que nos ha llegado a través de las traducciones griegas y españolas? La solución está en un antiguo documento hebreo del libro que escribió el discípulo judío Mateo y que se conserva hasta el día de hoy gracias a una copia que publicó un judío del siglo 15 llamado Israel Shem Tov ben Shaprut.            

En ese antiguo documento conocido como el “Mateo Hebreo de Shem Tov”, el copista cambió el nombre hebreo original del Mesías por una forma abreviada, Yéshu, en casi todo el documento. Pero hay tres lugares en los que no pudo evadir poner el nombre en su forma original.

Uno de esos lugares, es Mateo 6:5, donde el copista dejó la forma original del nombre y lo escribió como Yahoshúa. Y en otros dos lugares, Mateo 1:21 y 25, lo abrevió y lo escribió como Yeshúa, pero en todos los demás lugares lo cambió por la forma más abreviada Yéshu.
Es probable que el copista Shem Tov haya sucumbido al prejuicio judío en contra del Nazareno y por eso no quiso ni siquiera escribir su nombre completo, por lo que utilizó formas abreviadas, como es costumbre en el judaísmo tradicional.

Otro antiguo documento importante que confirma el nombre hebreo original del Mesías es un libro judío polémico que hace una parodia de la historia del Mesías en la que lo calumnia de cosas indecibles. Pero ese libro provee a la vez un dato histórico sumamente importante para nuestro tema.
El libro se llama Toldot Yéshu, y dice así:

“El nombre original del Nazareno era Yahoshúa, pero cuando se hizo apóstata se le cambió su nombre a Yeshu”.

Este dato histórico es fundamental pues nos enseña dos cosas:
1) que el nombre hebreo original del Nazareno era Yahoshúa, y
2) que luego se le cambió el nombre y se le llamó Yeshu.

¿Pero de dónde surge ese nombre? ¿Quién lo creó? ¿Y es correcto abreviarlo?

Para comenzar, ese nombre original del Mesías no fue un invento del mensajero de Yahwéh que le asignó nombre. Ese nombre, Yahoshúa, existía ya desde mucho tiempo atrás. Ese fue el nombre que Moisés le puso a su general que ahora conocemos como Josué.

Según Números 13:16, el nombre original de Josué era Hoshea, pero Moisés le añadió el nombre breve de Yahwéh, YAH, y así formó un nuevo nombre combinado por el que llamó a Hoshea: Yahoshúa.

Este nombre se compone en hebreo de dos nombres: (Yah y Hoshea) que significa Yah Salva, o Yah [es] Salvación. Sólo que las vocales variaron un poco como resultado de la combinación; esto es natural y usual en el idioma hebreo.

Tenemos que añadir que no es casualidad que Josué, el que introdujo a Israel en la Tierra Prometida, fue una figura profética del Mesías venidero, que llevaría ese mismo nombre e introducirá a su pueblo en la Tierra Prometida del Reino de Yahwéh.

Lo curioso es que el nombre original de Josué también se abrevió con el correr del tiempo. Ya dijimos que en Números 13:16 se registra su nuevo nombre, Yahoshúa, sin embargo, muchos años más tarde se habla de este mismo personaje en Nehemías 8:17 y en este caso se registra su nombre como Yeshúa. De modo que era una práctica común y aceptada en la cultura hebrea abreviar los nombres. Incluso el Nombre de Yahwéh se abrevia como Yah en el
Salmo 68:4 y muchos otros lugares.

¿Y por qué la forma más reciente “Yahshúa”? Si la costumbre hebrea antigua era apocopar o abreviar los nombres, entonces no es nada extraño a nuestra cultura hebrea que el nombre del Mesías se haya apocopado en español como Yahshúa. De manera que éste apócope no es extraño a la dinámica del idioma hebreo y por lo tanto es tan aceptable como el apócope Yeshúa, o más aún, porque preserva el nombre breve del Padre, que es Yah.

En resumidas cuentas, toda la evidencia apunta al hecho de que el nombre original del Mesías fue Yahoshúa, que después se abrevió a Yeshúa y de esa forma corta pasó al griego como Iesoús, luego al latín como Iesús, y más tarde al español como Iesús. Mucho más tarde, cuando la i latina dio origen a la Jota, se escribió en español como Jesús.

Sin embargo, después de tantos cambios esta forma del nombre del Mesías es un deshonor en hebreo porque la palabra hebrea «sus» significa “caballo”. De ahí que en el hallazgo de un petroglífico del crucificado sus enemigos lo dibujaran con cabeza de caballo sobre una cruz, como burla a ese nombre griego, lo que evidencia que para los judíos de aquel tiempo el nombre griego «Iesoús» sonaba muy parecido a su palabra hebrea para caballo, que es «sus».
¿Y por qué usamos la vocalización Yahoshúa en lugar de la vocalización masorética, que es Yehoshúa? Lo hacemos basados en dos factores fundamentales:
1) En primer lugar, sabemos que los Masoretas hiceron todo esfuerzo posible por ocultar el nombre del Padre (Yahwéh) para que nadie lo pronunciara con sus vocales originales, y de ahí surgió la forma híbrida YeHoVaH.
2) En segundo lugar, los textos arameos, que no fueron influenciados por los Masoretas, escriben los nombres hebreos teofóricos con Yah y no con Yeh. Como por ejemplo, la forma masorética es Yehoshafat pero en arameo se escribe Yahoshafat, y lo mismo ocurre con otros nombres teofóricos. (Teofórico significa que contiene el Nombre Divino.) Así que el nombre del Mesías, si lo fueran a escribir en arameo, lo escribirían Yahoshúa y no con las vocales masoréticas Yehoshúa.

La evidencia es suficiente y contundente. El que tenga oídos para oír que oiga. Aunque sabemos que muchos prefieren no oír, porque la verdad compromete a los hombres a actuar correctamente y a abandonar sus errores del pasado. ¿Qué hará usted?

NOTA: La forma Yahwéh que utilizamos aquí es como dice el gramático Gesenio que debió haber sido la vocalización original del Tetragrámaton. Véase el Diccionario Hebreo Caldeo de Gesenio [Nazarene Notes]

José A. Alvarez
Escuela Hebraica P. O. Box 281 Añasco, PR 00610
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A no ser que se indique lo contrario,
Todos los versos han sido tomados de la Versión Israelita Nazarena (VIN)
Uso autorizado.

NAZARENE NOTES