El nombre del Mesías es Yeshua, una alternativa común del nombre Yehoshua (יהושע),
que significa ‘Yah es salvación’ [Mateo 1:21].
Los primeros eruditos, conocidos como los ‘Padres de la Iglesia’, están de acuerdo en que el libro de Mateo fue escrito originalmente en hebreo:
Papías (ca. 130 después de Yeshua): “Mateo compuso su obra en el dialecto hebreo, y cada uno la tradujo lo mejor que pudo”.
Ireneo (ca. 170 después de Yeshua): “Mateo también publicó un Evangelio escrito entre los hebreos en su propio dialecto.
Origen (200 después de Yeshua): “El primer [Evangelio] está escrito según Mateo, el mismo que una vez fue recaudador de impuestos, pero después un emisario de Yeshua el Mesías, quien habiéndolo publicado para sus creyentes, lo escribió en hebreo.
Mateo 8:21-22 [Versión Israelita Nazarena] 21 Otro de sus discípulos le dijo: “Maestro, permíteme que primero vaya y entierre a mi padre”. 22 Pero Yahoshúa le dijo: “Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”. (Las palabras de Yeshua en morado)
Pero, ¿quiénes son estos muertos que entierran a sus muertos?
Algunos creen que los muertos en este texto son aquellos que no siguieron a Yeshua a dondequiera que fuera, a diferencia de sus seguidores. En otras palabras, los que no siguen a Yeshua están muertos.Y así, el mensaje de Yeshua, dicen, es que sus seguidores están espiritualmente vivos y aquellos que no lo siguen están espiritualmente muertos.
El problema con esta interpretación es que no es razonable que Yeshua espere que todos lo sigan a dondequiera que fuera.Los ancianos, los enfermos, las madres que cuidan niños pequeños no podían seguir a Yeshua. ¿Están muertas estas personas?
No tiene sentido identificar a estas personas como ‘muertas’ cuando tienen una razón lógica para no seguir a Yeshua a dondequiera que fuera. Quizás se dijo correctamente, pero se leyó incorrectamente. Ciertamente, estos versos parecen enigmáticos tal como aparecen en los manuscritos griegos. Para entenderlos correctamente necesitaríamos más información y más contexto. Algunas preguntas lógicas serían:
¿Murió el padre recientemente? ¿Estaba enfermo y aún no había muerto? ¿Era anciano y su hijo quería cuidarlo hasta el momento de su muerte?
Otra posibilidad sería el “segundo entierro”:
Durante el siglo I, en la época de Yeshua, era costumbre enterrar a un muerto dos veces.La primera vez sería al morir la persona y la segunda vez sería un año después, cuando los huesos se colocaran en una caja de piedra para huesos llamada osario.
Todas estas preguntas desaparecen si leemos el texto de una manera diferente.
La palabra hebrea המתים (hey, mem, tav, yud mem) sin vocales, tal como está escrita en el Mateo hebreo, podría leerse como:
הַמֵּתִים – Ha-Metim (los muertos) – que los muertos entierren a sus muertos o
הַמְּתִים – Ha-M’tim (los hombres) – que los hombres entierren a sus muertos o
הַמַּתִּים – Ha-Matim (los parientes cercanos) – que los parientes cercanos entierren a sus muertos
La tercera opción es la más probable porque es la que tiene más sentido. El texto deja de ser ambiguo si leemos Ha-Matim y no Ha-Metim. Se vuelve claro cuando leemos ‘deja que los parientes cercanos entierren a sus muertos’ y no ‘deja que los muertos entierren a sus muertos’.
Mateo 8:22
Sígueme y deja que los parientes cercanos entierren a sus muertos.
Cuando lo leemos de esta manera, el enigma desaparece. La respuesta de Yeshua es clara y lógica. Resuelve el problema de una manera práctica.
Lo que Yeshua dijo en hebreo se entendió perfectamente. Pero una vez que sus palabras fueron escritas, algunas de ellas se volvieron poco claras y ambiguas porque las vocales no se registraron junto con las consonantes.
Fuente principal:
Avdiel Ben-Oved